GUÍA DE PESCA: EDUARDO F. CAÑUETO (LOBO DE MAR)

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martes, 10 de septiembre de 2019

LAS CHAMBIRAS O PAYARAS, por Eduardo Cañueto

Muchas veces se habla de hacer un Grand Slam en la pesca deportiva, así por ejemplo para los mosqueros, nos estaríamos refiriendo a la posibilidad de pescar en el mismo día, un bonefish, un permit, y un tarpon en alguna zona del Caribe. Del mismo modo, para los pescadores de marlín, podríamos hablar que en una misma jornada de pesca, en el barco se pueda capturar un marlín rayado, un marlín azul, y un marlín negro. Pero si habláramos de pesca deportiva en la cuenca del amazonas, sin ninguna duda el Grand Slam estaría dado con la posibilidad de pescar en un mismo día un tucunare, una payara, y un arapaima. La selva peruana hoy día, es uno de los pocos destinos dentro de la cuenca amazónica en el que se pudiera cumplir esta condición. 
En lo que sigue de la nota me quiero referir a las payaras. Las payaras, también conocidas como
cachorras en Brasil, chambiras en muchos sitios de Perú y Bolivia, pez vampiro o diablo, pez perro o chafalote en Argentina, etc., las podemos pescar no solamente en la cuenca amazónica, sino también en la cuenca del Orinoco. Personalmente he tenido la posibilidad de pescarlas en el Mato Grosso en Brasil, en el río Orinoco en Venezuela, en el río Vichada en Colombia, y en la zona de Madre de Dios en el río Tambopata en Perú. Después en Perú en algunos ríos he capturado una subespecie, muy similar, que desarrollan menos tamaño y salen en época de vaciante, y son buenas para utilizarlas como cebos naturales para la captura de otras especies. 
Pero al hablar de pesca de payaras o chambiras en Perú, no puedo dejar de recordar, y señalar uno de los aspectos más lindos que me ha pasado en la pesca, y que paso a redactar brevemente con la intención que ésta nota llegue al destino deseado. Fue en el año 2013, pero no recuerdo la fecha justa, decido tomar un vuelo desde Argentina a Perú, con la idea de ir a la zona de Madre de Dios. Tenía un buen dato de pesca, y lo quería corroborar. El vuelo saliendo de Buenos Aires, Argentina, primero hizo escala en Lima, luego en Cuzco, y luego en Puerto Maldonado. En Puerto Maldonado, me tendía que esperar una persona que nunca vino, y ahí quede a la deriva con los equipos de pesca, y las valijas. Me tomo una moto taxi hasta la ciudad, recorro la plaza central, me pongo en contacto con el amigo Jorge
Borja, operador turístico de la zona, y me ofrece llevarme a pescar rio arriba del Tambopata. Al día siguiente salimos por la ruta inter oceánica que pasa por la zona, una hora aproximadamente, luego nos internamos en la selva con la camioneta, unas dos horas aproximadamente. Nos topamos con el rio Tambopata nuevamente pero lejos de la ciudad. En el río nos estaba esperando una lancha, el río se presentaba en algunos sitios bastante ligeros, ideales para las payaras, y nos fuimos unos cuarenta minutos navegando río arriba hasta el albergue. Prepare todos los equipos regresamos al río, y comencé con la pesca. Fui directo a las payaras a un sitio donde el rio hacia unos remolinos porque chocaba con unas piedras volcánicas.
Ahí, obsesionado con el lugar, porque realmente me parecía muy bueno para esta pesca,  estuve casi todo un día, sin capturar alguna, hasta que cansado me fui a otro sitio y me puse a pescar con cebos naturales. Ese día pesque varias rayas de dos o tres kilos, y luego con un equipo liviano, me puse a sacar unas especies de mojarrones, o sabalitos que peleaban bastante. Se hizo de noche, regresamos al albergue, y sin novedad con las payaras. Había que pensar otro plan de pesca para el día siguiente con las payaras. Jorge, quien me había trasladado hasta el lugar me invita a ir a visitar a una familia que posee un albergue sobre el rio Tambopata pero más abajo. Cuando los visitamos, nos recibieron muy gentilmente, y mi sorpresa era ver unas mandíbulas enormes de payara colgadas.
EL PESCADOR AMIGO DE PERÚ, QUE NO RECUERDO SU NOMBRE
Les pregunte por la zona de pesca, y era la misma que había estado el día anterior. Con el amigo Jorge decidimos regresar a la zona que habíamos estado haciendo intentos, y me encuentro con un grupo de pescadores peruanos que estaban finalizando la pesca. Solamente pescaron una hora, con excelentes capturas de payaras. Ya se tenían que ir, dialogue un poco con ellos, les dije que el día anterior había estado pescando en el mismo lugar que ellos, pero sin novedad. Entonces uno de ellos, quien no recuerdo su nombre, me dijo que le mostrara mi material de pesca. Abrí mi caja de señuelos, el amigo observo, luego abrió su caja de señuelos, y me regaló un rapala magnum de madera con paleta de acero, con tonalidades azules y panza blanca. Me dijo: “te falta este, y con este vas a pescar”. El señuelo totalmente mordido, y con un diente clavado al medio que abrió la madera, me funciono a la perfección. Ese día, y al día siguiente, pesque payaras únicamente con ese señuelo, rogando no perderlo. Mi eterno agradecimiento a ese pescador que no recuerdo su nombre, ojala pueda leer esta nota, la persona que desinteresadamente me regalo su mejor señuelo, que no solamente tenía un buen valor económico, sino que además en estos casos se trataba del señuelo ganador, al que nosotros siempre le otorgamos un valor afectivo. Por suerte, unos años después, pude hacer lo mismo con un desconocido. Ese pescador peruano que no recuerdo su nombre, me dejo y me recordó la esencia de esta actividad que muchas veces olvidamos, “considerar a la pesca deportiva como una genial excusa para hacer nuevos amigos, y para compartir experiencias, y por qué no, tu mejor señuelo”. 

En lo que hace a las payaras, para aquellos que no conocen la especie, se trata de una especie más bien aplanada con una buena aleta caudal y aletas pectorales que le permite realizar corridas muy veloces correntada en contra para ir tras su presa. Con estas características, y como buen coloso de la selva, da unas corridas muy buenas decoradas con unos saltos inolvidables a la hora de pescarlos. Su agresividad no es dada solamente por su corrida, sino también por su morfología, sus curiosos colmillos de más de 10 centímetros de largo, se guardan en el labio superior cuando cierra su boca. De color plateado con panza blanca, es fácil distinguirla cuando a la caída del sol comienza a cazar dando unos saltos ornamentales.
Siguiendo con la pesca de payaras, las condiciones en líneas generales siempre son las mismas a considerar: 

SEÑUELOS
como es una especie considerada rompe señuelos por su demoledora mandíbula y dientes, lo ideal es que se lleven señuelos duros, sea de madera o bien de plástico macizo. Si no son de plástico macizo, llevar algún pegamento para arreglarlos, porque cada mordida es posible de rotura. 
Como se rompen muchos hay que llevar una buena cantidad señuelos, y de diversos colores, así como en la historia que conté tomaba solamente el de líneas azules, en otros sitios me rindió más el cardenal, en otros el tiger hot, en otros el rayas naranjas, etc. Nunca sabemos cuál va a tomar mejor
habitualmente encontramos esta especie en aguas ligeras, por eso el señuelo debe tener que poder aguantar también la correntada. 
La confección de anillas y anzuelos deben ser de primera calidad. 
Señuelos de 14 a 20 cm son los ideales, rapala magnun de pala metálica, con colores bien vistosos para que estos depredadores distingan bien el señuelo desde el agua
CAÑAS: 
Pueden ser de 2 o 2,20 mts médium heavy, heavy y hasta extra heavy, básicamente es según el sitio en que las vayamos a buscar. Lo cierto es que se requiere un equipo firme para en la clavada poder enganchar a estos peces que poseen una boca muy dura con cartílagos, dientes y huesos para que pase la traba del anzuelo
REEL: 
Carretes de 3000 o 4000, con carga de multi del 0.18 al 0.25 para poder trabajarlo en aguas correntosas, una bajada de fluorocarbon de 2 mts para el rozamiento de las piedras, y unos 50 cm de leader de acero para tomar el señuelo. Esto último es más que importante para no perder material de pesca. Sus filosos dientes cortan literalmente todo. 
Unos guantes de buena calidad para sujetarlo de la cola al acercarlo a nosotros, y un boga grip para neutralizarlo. Una mordida de una payara puede ser una herida muy grave
SPINNING: se las pesca en la modalidad de spinning, y lo ideal es ir recogiendo haciendo pequeñas paradas, y cambios de velocidades. Generalmente siguen el señuelo de abajo, y los cambios de velocidades o paradas aparentemente las provoca más

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